Hace ya unos meses se me ocurrió analizar pelo de hace unos 10-12 años que conservo desde entonces. Casualmente llevé el pelo largo hasta los 21 años, y resulta que el día que me lo corté, como me daba pena hacerlo después de tanto tiempo dejándomelo crecer, decidí guardar mi coleta de recuerdo. Resulta que en los años 90 a mi y a muchos nos gustaba el heavy metal, y como todo el mundo sabe, entre los metaleros lo que se lleva es el pelo largo. ¿No resulta irónico que fuese el heavy metal lo que me llevara a dejármelo crecer?
La coleta que guardé mide unos 42 cm y el cabello crece en promedio a una velocidad de 1,25 cm al mes, de modo que ahí tengo casi 3 años de historia. Cuando empecé a tomar conciencia del problema del mercurio, me acordé de que tenía guardada esta coleta dentro de una bolsa, así que pensé en enviar una muestra a analizar para obtener más información sobre la época en la que estuvo creciendo. La muestra que finalmente he analizado es de la zona más cercana al cuero cabelludo, es decir, de la parte que creció más tarde (2002), que es cuando tenía unos 21 años.
Foto 1. Cabello de entre 1999 y 2002 del que procede la muestra analizada. |
La historia de este cabello es importante para mi porque me lo corté cuando empezaba a tener algunos de los síntomas que yo entonces no sabía a que se debían. De hecho, me corté el pelo porque empezaba a tener una seborrea fuera de lo común y eso hacía que me salieran "costras" de caspa imposibles de erradicar (sí, un auténtico asco), además de que se me estaba cayendo el cabello muy rápido, lo que entonces me hizo pensar que mi pelo sufría mucho por llevarlo tan largo.
Después de cortarme el pelo la seborrea en el cuero cabelludo continuó, también en la frente y la zona posterior del cuello, junto a la espalda. La caida de cabello también continuó y cada vez me salía el pelo más fino. La ansiedad, la depresion, el retraimiento social, el trastorno del ritmo circadiano, la inflamación de las encías, los problemas gastrointestinales, la pérdida de peso, la debilidad inmunológica y una larga lista de problemas cognitivos y emocionales también fueron en aumento.
Todo fue a peor (y cuando digo peor digo una auténtica pesadilla) hasta que 3 años más tarde (alrededor de 2005) me extraje completamente las 4 muelas que tenía en peor estado, y entre las cuales había una amalgama rota y un par de canales radiculares. A partir de ese momento empezó una lenta mejoría (después de mucho tiempo llendo solo a peor), pero nunca he llegado a estar del todo bien; he ido por temporadas.
A principios de este año (ya en 2012), cuando empecé a reemplazarme por nanocerámica las 7 amalgamas que me quedaban en la boca, estuve dándole muchas vueltas a la secuencia de hechos que me llevaron a intoxicarme, y a la secuencia de síntomas que fueron apareciendo y después desapareciendo. Ahora tengo claro que lo más importante de todo fue la rotura de una de las amalgamas que obturaban una de mis endodoncias. No he podido recordar cuando pasó exáctamente, aunque sí sé que fue entre los 18 y los 21 años (entre 1999 y 2002). En realidad creo que se me fue rompiendo poco a poco durante esos 3 años. Primero un cachito de muela, luego un cachito de amalgama, luego otro, luego otro, y así hasta que el canal radicular quedó prácticamente al descubierto, y yo absolutamente enfermo, sin saber por qué, ya que yo entonces no tenía la menor idea de que las amalgamas eran de mercurio en un 50%.
Por fotos he podido determinar que el año en que me corté el pelo fue el 2002, con 21 años. Por entonces ya llevaba unos años notando síntomas y cambios extraños: alteraciones visuales, aumento de los niveles de ansiedad, apatía, retraimiento social y cosas similares. Pero aún no me encontraba severamente enfermo. El resultado del análisis me llegó hace poco.
Lo que más me ha llamado la atención evidentemente es la concentración de aluminio, vástamente elevada. Por otro lado, el uranio, el nickel, la plata, el estaño y el titanio un poco más elevandos que en el análisis que me hice en Agosto, pero siguiendo el mismo patrón.
En cuanto a las reglas de recuento de Cutler:
- Hay 6 barras por encima del percentil 50, por tanto no se cumple la regla #1
- Hay 13 barras por debajo del percentil 50, por tanto no se cumple la regla #2
- Hay 0 barras en las bandas rojas, por tanto no se cumple la regla #3
- Hay 14 barras en las bandas verde + blanca, por tanto no se cumple la regla #4
- No hay dos reglas a falta de uno, por tanto no se cumple la regla #5
Según la interpretación de Cutler, como no se cumple al menos una de las reglas no se podría afirmar que hubiera distorsión del transporte de minerales con un 97,5% de probabilidad. Sin embargo hay elementos sospechosos:
- La regla número #1 parece a falta de 1 para cumplirse, lo que según Hair test interpretation (página 26) debe considerarse sospechoso.
- En Hair test interpretation (páginas 86,87), Cutler insiste en varias ocasiones en que el aluminio se eleva debido a la distorsión del transporte de minerales inducida por el mercurio incluso antes de que se satisfagan las reglas de recuento, y que se debe sospechar la presencia de mercurio en un análisis de cabello con el aluminio elevado, especialmente si se acompañado de antimonio, niquel, estaño o titanio.
- El calcio en el cabello por encima de 1150 ug/g es uno de los elementos que suele aparecer con mucha frecuencia en la enfermedad de la amalgama debido a las interferencias que produce el mercurio en los canales de calcio, y se encuentra como una de las pruebas de laboratorio del checklist para el diagnósitco en Amalgam Illness: Diagnosis and Treatment (página 58).
- En distintos lugares de Hair Test Interpretation (páginas 45, 85, 117) se dice que la distorsión del transporte de minerales que produce el mercurio produce invariablemente pérdidas de zinc e incapacidad para concentrarlo en el interior de las células, que en el análisis de cabello se manifiesta con una elevación de la concentración (al igual que el calcio).