jueves, 22 de noviembre de 2012

Análisis de pelo de 2002

   Hace ya unos meses se me ocurrió analizar pelo de hace unos 10-12 años que conservo desde entonces. Casualmente llevé el pelo largo hasta los 21 años, y resulta que el día que me lo corté, como me daba pena hacerlo después de tanto tiempo dejándomelo crecer, decidí guardar mi coleta de recuerdo. Resulta que en los años 90 a mi y a muchos nos gustaba el heavy metal, y como todo el mundo sabe, entre los metaleros lo que se lleva es el pelo largo. ¿No resulta irónico que fuese el heavy metal lo que me llevara a dejármelo crecer?

   La coleta que guardé mide unos 42 cm y el cabello crece en promedio a una velocidad de 1,25 cm al mes, de modo que ahí tengo casi 3 años de historia. Cuando empecé a tomar conciencia del problema del mercurio, me acordé de que tenía guardada esta coleta dentro de una bolsa, así que pensé en enviar una muestra a analizar para obtener más información sobre la época en la que estuvo creciendo. La muestra que finalmente he analizado es de la zona más cercana al cuero cabelludo, es decir, de la parte que creció más tarde (2002), que es cuando tenía unos 21 años.

Foto 1. Cabello de entre 1999 y 2002 del que procede la muestra analizada.

   La historia de este cabello es importante para mi porque me lo corté cuando empezaba a tener algunos de los síntomas que yo entonces no sabía a que se debían. De hecho, me corté el pelo porque empezaba a tener una seborrea fuera de lo común y eso hacía que me salieran "costras" de caspa imposibles de erradicar (sí, un auténtico asco), además de que se me estaba cayendo el cabello muy rápido, lo que entonces me hizo pensar que mi pelo sufría mucho por llevarlo tan largo.

   Después de cortarme el pelo la seborrea en el cuero cabelludo continuó, también en la frente y la zona posterior del cuello, junto a la espalda. La caida de cabello también continuó y cada vez me salía el pelo más fino. La ansiedad, la depresion, el retraimiento social, el trastorno del ritmo circadiano, la inflamación de las encías, los problemas gastrointestinales, la pérdida de peso, la debilidad inmunológica y una larga lista de problemas cognitivos y emocionales también fueron en aumento.

   Todo fue a peor (y cuando digo peor digo una auténtica pesadilla) hasta que 3 años más tarde (alrededor de 2005) me extraje completamente las 4 muelas que tenía en peor estado, y entre las cuales había una amalgama rota y un par de canales radiculares. A partir de ese momento empezó una lenta mejoría (después de mucho tiempo llendo solo a peor), pero nunca he llegado a estar del todo bien; he ido por temporadas.

   A principios de este año (ya en 2012), cuando empecé a reemplazarme por nanocerámica las 7 amalgamas que me quedaban en la boca, estuve dándole muchas vueltas a la secuencia de hechos que me llevaron a intoxicarme, y a la secuencia de síntomas que fueron apareciendo y después desapareciendo. Ahora tengo claro que lo más importante de todo fue la rotura de una de las amalgamas que obturaban una de mis endodoncias. No he podido recordar cuando pasó exáctamente, aunque sí sé que fue entre los 18 y los 21 años (entre 1999 y 2002). En realidad creo que se me fue rompiendo poco a poco durante esos 3 años. Primero un cachito de muela, luego un cachito de amalgama, luego otro, luego otro, y así hasta que el canal radicular quedó prácticamente al descubierto, y yo absolutamente enfermo, sin saber por qué, ya que yo entonces no tenía la menor idea de que las amalgamas eran de mercurio en un 50%.

   Por fotos he podido determinar que el año en que me corté el pelo fue el 2002, con 21 años. Por entonces ya llevaba unos años notando síntomas y cambios extraños: alteraciones visuales, aumento de los niveles de ansiedad, apatía, retraimiento social y cosas similares. Pero aún no me encontraba severamente enfermo. El resultado del análisis me llegó hace poco.


   Lo que más me ha llamado la atención evidentemente es la concentración de aluminio, vástamente elevada. Por otro lado, el uranio, el nickel, la plata, el estaño y el titanio un poco más elevandos que en el análisis que me hice en Agosto, pero siguiendo el mismo patrón.


En cuanto a las reglas de recuento de Cutler:

  • Hay 6 barras por encima del percentil 50, por tanto no se cumple la regla #1
  • Hay 13 barras por debajo del percentil 50, por tanto no se cumple la regla #2
  • Hay 0 barras en las bandas rojas, por tanto no se cumple la regla #3
  • Hay 14 barras en las bandas verde + blanca, por tanto no se cumple la regla #4
  • No hay dos reglas a falta de uno, por tanto no se cumple la regla #5

   Según la interpretación de Cutler, como no se cumple al menos una de las reglas no se podría afirmar que hubiera distorsión del transporte de minerales con un 97,5% de probabilidad. Sin embargo hay elementos sospechosos:

  • La regla número #1 parece a falta de 1 para cumplirse, lo que según Hair test interpretation (página 26) debe considerarse sospechoso.
  • En Hair test interpretation (páginas 86,87), Cutler insiste en varias ocasiones en que el aluminio se eleva debido a la distorsión del transporte de minerales inducida por el mercurio incluso antes de que se satisfagan las reglas de recuento, y que se debe sospechar la presencia de mercurio en un análisis de cabello con el aluminio elevado, especialmente si se acompañado de antimonio, niquel, estaño o titanio.
  • El calcio en el cabello por encima de 1150 ug/g es uno de los elementos que suele aparecer con mucha frecuencia en la enfermedad de la amalgama debido a las interferencias que produce el mercurio en los canales de calcio, y se encuentra como una de las pruebas de laboratorio del checklist para el diagnósitco en Amalgam Illness: Diagnosis and Treatment (página 58).
  • En distintos lugares de Hair Test Interpretation (páginas 45, 85, 117) se dice que la distorsión del transporte de minerales que produce el mercurio produce invariablemente pérdidas de zinc e incapacidad para concentrarlo en el interior de las células, que en el análisis de cabello se manifiesta con una elevación de la concentración (al igual que el calcio).

martes, 20 de noviembre de 2012

14ª ronda con DMSA + ALA

   Esta ronda la empecé el día 11 y acabé el día 15. Usé la misma dosificación que en la anterior, es decir, 75 mg de ALA, 37.5 mg de DMSA y 300 mg de ascorbato cálcico. El primer día tuve pulsaciones musculares, niebla mental, falta de concentraicón e inquietud. El segundo día retortijones. El tercer día tuve dolor de cabeza, niebla mental e irritación en un ojo, como si tuviera arena. Me salté alguna dósis sin darme cuenta. Por la noche comencé a tener acúfenos e inflamación en las encías. Decidí prolongar un día la ronda por la dosis que me había saltado. El cuarto día me encontré bien, y por la tarde tuve un momento en el que noté cambios en la visión; fue como si me aumentara la calidad y nitidez de la visión.

   El quinto día, ya sin quelantes fui notando que tenía un olor corporal extraño. Por la noche, noté acúfenos. El sexto día parestesia (los hormigueos de siempre) al despertarme y acúfenos al acostarme. El resto de días, hasta hoy mismo, inflamación de encías, leves parestesias al despertar y acúfenos también al acostarme.

Los suplementos que estoy tomando ahora son los siguientes:

Vitamina C, 1-2 g al día
Vitamina E natural, 400-800 IU al día
B-50, 2 comprimidos al día
Vitamina D3, 125 IU al dia
Magnesio, 200-600 mg al día
Calcio, 300-500 mg al día
Co-Q10, 100 mg al día
Cardo mariano, 250 mg 3 veces al día
DHA/EPA, 600 mg 2 veces al día
Melatonina, 3-6 mg por la noche
Probióticos, 2 billones 2 veces al día

   En los próximos días añadiré taurina y fosfatidilcolina. Según Cutler viene bien si estás muy delgado y no puedes ganar peso, como es mi caso. Además he perdido casi 8 kilos en el último año (la dieta tiene mucho que ver pero no puede ser sólo eso). Estas dos moléculas son esenciales en la formación de la bilis y por tanto en el metabolismo de las grasas y en el proceso de desintoxicación.

   Además la fosfatidilcolina ayuda ligeramente en la producción de neutrotransmisores colinérgicos e influye en la formación de la mielina que protege los nervios, y que pueden sufrir durante la movilización del mercurio (de ahí las continuas parestesias, que son un síntoma habitual del mercurio y una muestra de afectación del sistema nervioso).

   En cuanto a añadir selenio (seleniometionina) tengo dudas. En mis análisis de cabello se encontraba por debajo del percentil 2'5% (zona roja baja), lo cual por si mismo no tiene por qué ser concluyente, pero parece ser importante que no falte selenio durante la desintoxicación ya que aumenta la capacidad de las metalotioneinas para neutralizar iones de metales pesados y es necesario para la formación de otras proteínas importantes para la desintoxicación como la familia de glutation peroxidasas (1). Lo que me produce dudas es que el selenio forma complejos estables con el mercurio SeHg, que aunque reducen su toxicidad, creo que podría reducir su eliminación a través de la quelación, y creo que es mejor sacarlo del cuerpo que almacenarlo en forma menos tóxica.

domingo, 11 de noviembre de 2012

13ª ronda con DMSA + ALA

   Pues nada, los días 1, 2 y 3 hice otra ronda con 75 mg de ALA, 37.5 mg de DMSA y 300 mg de vitamina C. El primer día sólo noté algo de acúfenos. El segundo día por la noche me empezó a doler un  poco la cabeza que se convirtió en un dolor bastante molesto y persistente en la nuca (en la zona del cerebelo) y no era un dolor muscular. Por la mañana ya me desperté sin ese dolor, y por la tarde tuve algo de reflujo por el ALA (esta vez no tomé ningún antiácido). El tercer día sólo noté que tenía la memoria bajo mínimos (olvidaba lo que estaba haciendo o lo que iba a hacer y cosas así).

   El primer día tras la ronda me aparecieron "clics" en un oido, que es algo que ya me ha pasado bastantes veces. Es como si te estallaran peta zetas en el oido pero no continuamente, solo de vez en cuando. Por la noche comencé a tener gases. El segundo día seguí con gases y dormí mal. El tercer día por la mañana me desperté con mis clásicos hormigueos por el torso (parestesia es el término que usan los médicos) y acúfenos más intensos. En unas horas se me pasó. El cuarto día me desperté bastante cansado y con cierta sensación de tristeza, pero luego se me fue pasando. Los días a continuación y hasta hoy ya no he notado ningún síntoma. Durante estos últimos días he comido pizza, galletas, he bebido cerveza (sin alcohol eso sí) y no he tenido el más mínimo problema. Hoy también me encuentro bien.

   En definitiva, con respecto a la ronda anterior, en la cual usé la misma dósis de quelantes y estuve tomando 50-100 mg/día de zinc, lo que más me ha llamado la atención ha sido el dolor de "nuca" o de "cerebelo". El resto de síntomas que tuve en la anterior ronda (encías inflamadas, aftas bucales, cansancio) no se han repetido. Por tanto, parece que el zinc fue el principal responsable. Lo de despertarme cada poco tiempo con ganas de orinar y parestesia en el torso no ha desaparecido mientras no he tomado zinc (al menos como suplemento) pero se hace mucho más infrecuente.